Colocar en un recipiente las frutas, el ron y el jugo de naranja. Tapar bien y guardar en la nevera hasta el próximo día. Ideal macerar de 2 a 7 días antes. Escurrir antes de usar en la masa.
Unir la harina, agua, levadura y sal de la biga.
Amasar durante 5 minutos. Tapar y dejar fermentar por 2 horas.
Cuando la biga haya fermentado 2 horas, iniciar con la masa.
Colocar la harina, levadura, sal, azúcar, vainilla, yemas y leche. Mezclar y amasar a baja velocidad por 3 minutos.
Agregar la biga y amasar por 5 minutos. Tapar y dejar descansar 5 minutos.
Subir la velocidad y amasar por 5 minutos más.
Tapar y dejar reposar 5 minutos.
Agregar la mantequilla. Amasar de 5 a 8 minutos.
Añadir las frutas y mezclar.
Pasar a un recipiente hermético engrasado y refrigerar de un día para otro.
Al otro día encender el horno a 200F o lo más bajo que llegue tu horno. Una vez que llegue a la temperatura. Apagarlo.
Poner a hervir una olla con agua caliente.
Retirar la masa de la nevera, dividir en dos partes iguales.
Formar una bola y colocar en el molde. Aplanar la masa para que cubra el fondo del molde.
Tapar con papel film y dejar fermentar en el horno apagado, al que pondrás dentro la olla con agua hirviendo. Es importante hacer esto y el encendido previo del horno porque la masa estará muy fría al salir de la nevera. Cerrar el horno para mantener el vapor dentro.
Dejar fermentar hasta que duplique su tamaño, de 3 a 4 horas.
Precalentar el horno a 400 °F.
Una vez fermente, hacerle un corte en cruz por encima, barnizar con huevo batido y colocar media cucharada de mantequilla en el centro del corte.
Entrar en el horno, bajar la temperatura a 350 °F, hornear de 35 a 45 minutos o hasta que la temperatura interna alcance los 195 °F y esté dorado por fuera.
Retirar del horno, atravesarle un palillo de pinchos o brochette en la base y dejar enfriar bocabajo.
Una vez que esté completamente frío, consumir. El resto conservarlo en un recipiente hermético.