Pre-calentar el horno a 375°F. Preparar una bandeja con papel parafinado y engrasado. Reservar. Preparar una toalla o un paño limpio del tamaño de la bandeja a utilizar, con azúcar pulverizada. Espolvoreársela en toda la superficie y reservar.
En un recipiente unir la harina, sal, polvo de hornear, bicarbonato de sodio, canela, jengibre y clavo. Reservar.
Batir las claras con 1 cucharada de azúcar, hasta que alcance el punto de nieve. Reservar.
Batir las yemas con el azúcar restante hasta que aumente su tamaño, se pongan esponjosas y cambie su color. Esto se le denomina punto Letra. Te tomará aproximadamente 8 a 10 minutos.
En otro recipiente, mezclar una tercera parte del batido de yemas con el puré de auyama.
Incorporar esta mezcla de auyama con el resto de las yemas, con movimientos envolventes.
Añadir los ingredientes secos, también con movimientos envolventes.
Por último, agregar las claras, en tres tiempos. Con movimientos envolventes.
Verter la mezcla en la bandeja cuidando de que quede uniforme, te puedes ayudar con una espátula.
Hornear de 10 a 15 minutos a 375°F, o hasta que al insertar un palillo este salga limpio y cuando toquemos la superficie del pastel este no se hunda y se sienta esponjosa.
Retirar del horno e inmediatamente desmoldar sobre el paño con azúcar previamente preparado.
Con cuidado retirar el papel parafinado.
Espolvorear más azúcar sobre el bizcocho y con la ayuda del paño ir enrollándolo por el lado más corto. Dejarlo enrollado hasta que enfríe.
Mezclar el queso, mantequilla, azúcar y vainilla hasta que quede cremoso.
Agregar las almendras y mezclar bien. (Opcional)
Desenrollar el bizcocho y untar el relleno en toda la superficie.
Volver a enrollar y llevar a la nevera de 30 minutos a 24 horas.
Servir frío, con azúcar en polvo por encima.